Al final del blog, las cosas que no caben en la columna de enlaces.


23 marzo 2006

Malas interpretaciones

Ya me ha pasado esto dos veces, y la verdad es que me río mucho cuando recuerdo esos detalles, y sobre todo cuando los cuento. Más que malas interpretaciones son malas explicaciones, no dadas por mí, sino por la persona que lo dice.

La primera, y que me hizo pensar en ello, sucedió en el Barcheta, antro hace tiempo frecuentado por varios amigos y yo, en donde ponían jarras de cerveza de litro llenas de Ballantines con cola por 1.200 pesetas de las de aquella (7,20€ de ahora), cuando me encontré allí con Natalia, la hermana de mi gran ex-compañero de habitación en Coruña.

La segunda fue en Carballino, no recuerdo donde, cuando estábamos mi grupo de allí tomando algo, y mi prima Raquel comentó lo que algunos malinterpretaron.

Volvamos al Barcheta. Estaba una noche allí con alguno de mis colegas, cuando de pronto Natalia me abordó con uno de sus efusivos saludos, que me encantan, todo sea dicho. Venía con algunas amigas, y nos dijeron que nos pusiésemos con ellas. Y mientras tomábamos algo, empezamos a contar historias, del estilo de estas de mi blog. Una de ellas fue la noche de San Juan del 2.000, que Natalia pasó en La Coruña, porque Sergio la había invitado. Pues contamos que si hicimos botellón en la playa de Riazor, que si luego subimos a los bares, que si después de nosequé ya no se acordaba de algunos detalles, etc... todo ello entre risas. Entonces suelta la machada: "Y a la mañana siguiente, cuando desperté en tu cama...". Las amigas me miraron con cara de "¿Y qué hacía Natalia en la cama de este?". Pues nada, qué iba a hacer. Yo había dormido en la casa de Víctor, Pedro y Guti, y no tuve nada con Natalia, que estuve con otra chica (que sepas, Sune, que para mi fue una gran noche). Ella durmió en mi cama, en la residencia de estudiantes donde pernoctaba durante mi época universitaria, a treinta minutos en bus del centro de Coruña, y claro, se despertó en mi cama.

El problema fue que ella no se dio cuenta de lo que dijo, y quedó la cosa así, pero se lo comenté a Sergio a los pocos días y se partía la caja de risa. Le dije que le aconsejase a su hermana que se pensase dos veces las cosas antes de decirlas, que luego llevan a malas interpretaciones.

Lo mismo pasó en Carballino, la noche de Reyes, que estábamos tomando algo cuando mi prima Raquel soltó: "... porque en Fin de Año pasaste la noche entera conmigo". Sandra, que era con quien estaba yo hablando, me miró preguntándose "¿Pero Raquel no tiene novio?" (eso fue lo que yo creía, aunque la realidad es que Sandra puso cara de circunstancias porque pensaba que a mi me molaba Raquel). Sí, Raquel sí lo tiene, pero estaba en La Coruña, que es donde viven normalmente, salvo cuando ella viene a visitar a sus abuelos. La cosa es que nos pasamos toda la noche hablando, bailando y tomando copas, pero no pasó nada más.

Estas cosas pasan todos los días, y por mi experiencia en pillarlas procuro no caer en ellas. Aún así, y aunque sea con intención, siempre alguna cae, como en el comedor de la residencia, estando Marta, Sune, Alejandro el Maño y Carmen, durante una de nuestras gloriosas comidas. Acababa de llegar de Cáceres, de una cacería, y me traje conmigo un gazapo, un conejo pequeñito, y durante el postre, empezamos a hablar de él. Estaban en nuestra mesa dos chicas más, que no nos llevábamos con ellas (yo creo que nunca hablé con ninguna). Fue empezar a hablar del bichito, y se marcharon, que ya habían acabado. Pues nada, que suelto: "Estas chicas, en cuanto se empieza a hablar de conejos...". La cara del Maño y de Carmen fue todo un poema, mientras Sune y Marta se partían. Me saliera redonda la cosa.

Pero ellas no pueden quedarse fuera de la historia. Sin ir más lejos, Marta, en otra gloriosa comida en la residencia, me estaba sirviendo carne guisada de la fuente, y le dije que no me echase mucha, que no tenía hambre, a lo que me responde: "Joder, Sera, últimamente no me comes nada". Solo que reaccionó al momento, diciendo: "Ya me di cuenta de lo que dije. Bromas fuera". Aún zafó.


2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Ni siquiera sabía del blog... ya le echare un ojo de vez en cuando.

Has rememorado mi primera borrachera ^^ que fuerte... yo soy grande soltando frases que se pueden malinterpretar, sin darme cuenta... pero que sepas que las cosas que se dicen también se pueden interpretar bien, lo que pasa que las mentes depravadas de algunos siempre estar ahí para soltar la risilla maliciosa :P

10:25  
Blogger Alberto Fernández dijo...

No está nada mal la entrada, jejejej. Pero yo tengo una duda, ¿por qué tener que dar explicaciones?. Si la gente es mal pensada, pues que se aguante y la duda le coma por dentro, jajajajajaj. Uno es dueño de lo que calla no de lo que dice, así que, la próxima vez que digamos algo que pueda mal interpretarse, dejémoslo pasar, ver la cara de la gente en sitauciones así resulta algunas veces gratificante.
Un saludo.

17:42  

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